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Gonzalo Mardones, arquitecto: “El Saint George es un colegio parque que une a la diversidad contribuyendo a tejer redes”

8 de mayo de 2023

La Casa OGA, es un anhelo histórico y fundacional de nuestra asociación de ex alumnos/as por más de diez años y, después de un largo proceso afinando el proyecto en sus distintas dimensiones, el 4 de abril ingresó la carpeta del proyecto a la Dirección de Obras Municipales y una vez obtengamos los permisos respectivos, se iniciarán los procesos de licitación para su construcción.

El objetivo de nuestra Casa OGA es potenciar el encuentro de Old Georgians, estudiantes, profesores, administrativos/as, auxiliares y apoderados/as. Donde se realizarán de distintas actividades que fortaleceran nuestra vida en comunidad. En esta década de trabajo para materializar este sueño, el arquitecto Gonzalo Mardones (OG 1972) ha sido fundamental para hacer realidad nuestro espacio.

“Cuando me invitaron a participar del proyecto, una primera consideración fue que esta obra debía sintetizar el Espíritu Georgiano. Por tanto, la invitación fue a preguntarnos qué hacer frente al desafío de crear un lugar que diera cabida a espacios de encuentro, ocio, cultura y solidaridad”, explica Gonzalo.

“Hacerse cargo de esa primera tarea fue muy enriquecedor y profundo, porque el fundamento y las ideas que compartimos del cómo abordarlo y del qué hacer, nació de un equipo compuesto por diferentes Georgianas y Georgianos que tenían la tarea de recoger las miradas y observaciones de diversos grupos y de todas las instancias del colegio, de la congregación y por cierto la de sus ex alumnos”, cuenta el arquitecto.

¿Es real que los espacios tienen impacto en el espíritu de una comunidad? En ese sentido, ¿qué tan relevante crees que fue el territorio que ocupamos en nuestra niñez en configurar esto que llamamos el Espíritu Georgiano?

Hay una cuestión muy interesante en la complejidad del espacio físico de nuestro colegio y en ese espíritu que nos ha caracterizado por tantos años. Cada vez que alguien comenta sobre el colegio surge de inmediato su belleza y ese comentario tan habitual no se refiere a la belleza de un edificio o de los edificios del colegio, sino que obviamente indican y se refieren a la belleza del entorno y a esa concepción de lugar que acoge y se integra a la naturaleza, respetándola, queriéndola y haciéndola parte esencial del colegio.

En eso Gustavo Munizaga y el grupo de arquitectos autores del colegio en su primer período pudieron pensar y desarrollar una forma distinta a lo propio de los colegios de esa época, que eran más inspirados en antiguos claustros o bien grandes bloques de esa modernidad de los sesentas y los setentas, mientras que la concepción arquitectónica y fundamento del colegio, se basó en desarrollar un colegio parque, un colegio con calles, pórticos, pasajes, plazas y eso, qué duda cabe, ha contribuido a este Espíritu Georgiano. Un colegio que ponía en valor el cerro, el río, el cielo, los árboles, la sombra, la luz, el sol, el circular y el bienestar del estar dentro de lo propio de la naturaleza.

La arquitectura y sus espacios claro que impactan en las comunidades y son la expresión física de un modo de ser y acá se ve muy claro ese espíritu que es el reflejo de muchas maneras de ser. ¿Quién puede entender que el colegio hoy esté compuesto de edificios de muchas formas, de distintos materiales realizados por varios autores en distintas décadas con ideas y miradas muy diversas de cómo entender la arquitectura escolar y aún así todo se encuentre con la misma y exacta atmósfera que siempre tuvo? Arquitectos que han empleado hormigón, ladrillo, maderas, estucos, acero, tejuelas etc. y que todo fluye respetando casi milagrosamente esa concepción originaria, manteniendo ese ámbito único y esa relación con la naturaleza tan identitaria.

Sin dudas esa concepción ayudó a unir esa diversidad del ser georgiano/a y contribuyó a tejer redes entres seres tan distintos y, sin embargo, tan similares en su concepción de vida.

¿Cuáles fueron los primeros desafíos cuando te invitaron a diseñar un espacio dentro de este ecosistema que es el Saint George, La Casa OGA?

Las primeras preguntas que nos hicimos fueron cómo protegernos de cualquier ostentación, artificiosidad o exigencia que se alejara de lo esencial. Cómo poder lograr esto de la forma más económica, con austeridad. Todos estuvimos muy de acuerdo en ello. No teníamos recursos, pero estábamos claros que esta obra se construiría sí o sí, porque era más que un sueño, era una necesidad imperiosa tener espacios aptos para acoger esa idea y frase tan potente: Que ningún Old Georgian se sienta solo.

Otra de las primeras aproximaciones fue reconocer que estamos viviendo una crisis climática y era prioritario construir un edificio muy sostenible. La opción fue trabajar con madera, el material más sostenible, noble, bello, rápido y de bajos costos. Un producto natural, reciclable, renovable que a su vez ofrece sensaciones de serenidad, cercanía, agrado y una atmósfera propia del bienestar en un colegio bosque. No existe un material más mediador entre el ser humano y la naturaleza.

Al pensar en la futura Casa OGA y considerando tu experiencia diseñando el Gimnasio del Saint George, ¿qué elementos para ti eran claves para que lo nuevo se integre a lo antiguo potenciando este espacio de comunidad?

Son dos encargos tan distintos que no es fácil responder a tu buena pregunta, pero te diría que el proyecto del gimnasio fue como recibir un encargo de realizar una inmensa catedral en un pueblo chico. Algo muy brutal, pero en necesario. Los gimnasios como las catedrales tienen proporciones inmensas y deben poder salvar grandes luces para acoger nada menos que un campo de múltiples juegos con gran aforo, por tanto, ahí la primera idea fue soterrar 3 pisos bajo el nivel del suelo de forma de sumergir esta inmensa mole requerida de manera de que ese inmenso volumen no fuese más alto que las salas de clase. Al no sobrepasar las cumbreras de las salas lográbamos ese respeto necesario por la escala del bosque que hablábamos hace un rato y que todos los volúmenes estuviesen a la altura de la masa de los árboles. Acá en lo de la OGA es distinto y la idea es seguir respetando esa cuestión de las alturas, pero con la escala requerida para la impronta de la acogida. Este es un lugar para dar cabida y acoger, un lugar para recibir y para colaborar unos a otros, un lugar de encuentros solidarios donde creemos debemos encontrarnos en un ámbito glorioso donde lo propio es la proximidad del encuentro. Si hacemos el símil del Gimnasio a la Catedral muraria y cerrada, la OGA es la capilla abierta que espera a que los feligreses disfruten y se sientan bien.

¿Cómo crees que esta Casa OGA aportará a seguir tejiendo redes y conexiones en la comunidad de los Old Georgians? ¿Cómo te la imaginas en el día a día?

Será un lugar de encuentro, pero también un espacio donde poder acoger no solo a Old Georgian que requieran de alguna asistencia, sino también un lugar donde poder trabajar, disfrutar de la amistad, de un asado, poder tomarse un café luego de dejar a tus hijos, ver una charla o conferencias o una exposición de arte.

Todo lo que debes saber de la Casa OGA

Te dejamos algunas preguntas y respuestas sobre Casa OGA

¿Qué espacios tendrá la Casa OGA?

El proyecto contempla oficinas, sala de reunión, espacios comunes de encuentro y una sala multiuso con capacidad para 400 personas.

¿Dónde estará ubicada?

La Casa OGA se ubicará a un costado de las canchas de Rugby.

¿Cómo se financiará?

La OGA hará los aportes necesarios para financiar la inversión. El proyecto de arquitectura fue aportado por el Arquitecto y Old Georgian Gonzalo Mardones. La OGA cuenta con recursos fundacionales con propósito específico y que, según lo establecido en sus Estatutos, sólo pueden ser destinados para este fin.

¿Será de uso exclusivo de la OGA?

No, la Casa OGA podrá ser utilizada por toda la comunidad Georgiana lo que estará debidamente regulado en un reglamento de uso, no obstante habrá algunos espacios (oficinas y salas de reuniones) que serán de uso exclusivo de la OGA.