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Antonia Livingstone Ureta: “Es tiempo de que la fraternidad y la solidaridad sean los valores que nos saquen adelante”

24 de mayo de 2020

Antonia Livingstone Ureta, entrenadora de touch rugby y una de las cabezas del primer equipo de rugby inclusivo, cree que el deporte desarrolla cualidades que en tiempos de crisis son fundamentales como la resiliencia, que permite reponerse dentro de la cancha, y el compañerismo para apoyarnos en momentos difíciles. Acá nos habla de su pasión por ayudar a los demás y nos guía en el camino de revalorizar lo verdaderamente importante en nuestras vidas.

Antonia Livingstone Ureta (MOG 2003) ha practicado atletismo, básquetbol, fútbol, touch rugby y hoy es una kinesióloga que empuja el desarrollo del touch rugby al tiempo que estimula el fortalecimiento del rugby inclusivo con niños y jóvenes down, una iniciativa en la que se involucró junto a su hermano mayor recientemente fallecido. También integra los grupos de old georgians voluntarios que, en estos tiempos de pandemia, socorren con cajas de alimentos a personas con problemas de movilidad, como los adultos mayores y enfermos. Antonia Livingstone es una consumada activista por la vida, de esas personas que creen que todo ejercicio de empatía ayuda a combatir el egoísmo y la frivolidad que gangrenan el espíritu humano.

Cree que el deporte fue el cincel que modeló su personalidad. “Los deportistas desarrollan cualidades interesantes. La resiliencia, el saber reponerse dentro de la cancha; el compañerismo, valorar el trabajo en equipo, que implica ayudarnos en los momentos difíciles, no andar retando cuando un compañero comete un error. Necesitamos esas herramientas para evolucionar. Hay un dicho que me encanta y dice ‘buenos jugadores se inspiran a si mismos, grandes jugadores inspiran a otros’, y qué rico es sentir que uno influye de forma positiva en la vida de otros”, señala.

“Yo creo que el coronavirus, la crisis social que vivimos y todo eso, nos llegó porque lo necesitábamos, porque estábamos muy egoístas. Y hoy debemos revalorizar las cosas importantes, como la familia, las amistades, estar y disfrutar en casa. Vivir la vida con alegría. Para mí, las risas alegran los corazones y hacen la vida más fácil”, dice Antonia, hija de Mario Livingstone, jugador de fútbol al igual que su tío abuelo, que no es otro que el gran Sergio Livingstone.

Muchos se preguntan por qué Antonia entrega tanto por los otros, del mismo modo que le preguntan por qué prefirió practicar deportes señalados equívocamente como “masculinos”. ¿Por qué inscribirse en una campaña y repartir alimentos? Mucha gente no se logra explicar que personas ayuden a otras por la satisfacción de llevarles algo de luz en momentos difíciles. “Uno gana mucho con esto también, gana cosas simples y reales como una gran sonrisa o un ‘Que Dios la bendiga’", explica.

“Ayudo con la entrega de alimentos porque puedo, porque tengo auto y tengo tiempo. Me pongo mascarilla y guantes, y listo. Si alguien lo necesita, entonces voy a aportar, voy a ayudar, porque es tiempo de que la fraternidad y la solidaridad sean los valores que nos saquen adelante. Ojalá más gente se una, porque uno nunca sabe cuándo le puede pasar, además de la gran retribución de hacer feliz a otros con algo que parece tan simple”.​

“Lo mismo me pasa con el deporte, cuando me preguntan ‘oye, por qué juegas fútbol y touch rugby’, aunque gracias a Dios pasa cada día menos, porque las mujeres hemos avanzado mucho, al menos en el fútbol. Como kinesióloga he trabajado con campeonas de skateboard y de surf, y los mismos comentarios les hacían a ellas, aunque por suerte son cada vez menos”, señala esta ex seleccionada nacional de fútbol femenino (una pionera, toda vez que el fútbol aún no experimentaba el boom de los últimos años), creadora de la liga de fútbol femenina de Cachagua y entrenadora y seleccionada nacional de touch rugby, deporte que está en desarrollo y creciendo, con el que han representado a Chile en dos mundiales y en diversos torneos internacionales con una selección que está en el top 10 del mundo.

Pero a Antonia le gustan las dificultades. “Definitivamente es mi deporte porque es inclusivo y fraterno, porque es muy exigente en términos de esfuerzo físico, muy dinámico, y además porque todos, hombres y mujeres, tienen un espacio en él en virtud de las habilidades que tengan. Se diferencia harto del rugby porque no tiene tacles ni otras jugadas que son propias de ese deporte. Es como jugar a la pinta con pelota. Además en Chile la categoría más fuerte es la categoría Mixta, donde juegan hombres y mujeres juntos, que fue una de las cosas que más me gusto al entrar a jugar. Todos y todas tienen una habilidad y un lugar en la cancha. Lo puede jugar cualquiera desde los 5 años hasta mayores de 60, y se da mucha importancia a lo social, al “tercer tiempo”, para fortalecer las relaciones personales”, agrega, destacando las bondades que encontró en un deporte que, en 2012, conoció gracias a un primo y del que hoy es entrenadora de la selección chilena junto a su marido, al tiempo que encabeza un loable proyecto de rugby inclusivo en compañía de su marido.

“Yo participe con mi hermano Marito en el rugby inclusivo. Seguimos entrenando durante el año pasado, en Tarucas, que es el nombre del equipo chileno de rugby inclusivo, y luego lamentablemente murió hace 6 meses... Con la muerte de mi hermano jamás dudé de seguir participando en esa iniciativa. Siento que mi hermano vive en todos los que ahí juegan. Me alegra el alma sentir que está mi hermano jugando con nosotros”. ​

“Hoy, por la cuarentena, nos seguimos juntando a través de un streaming. Los jugadores están con su botella de agua, hacen ejercicios… Claro que necesitamos apoyo, porque el próximo año queremos ir a Argentina. Se necesita apoyo para que tengamos nuestro primer equipo de selección inclusiva bien uniformada. Mientras más gente se una, mejor”, sostiene esta madre de dos hijos.

“Me inspira el trabajo que hicieron mi mamá y mi papá con mi hermano Mario, a quien siempre inculcaron su capacidad de conseguir logros con trabajo y dedicación, poniendo toda la energía y la confianza en el objetivo, valorando siempre el trabajo en equipo. El apoyo familiar fue súper importante, era uno más, no había distinciones entre hermanos y era incluido en todas las actividades y desafíos. Los límites se los pone uno mismo. Eso es lo que inculcamos a quienes integran nuestro equipo de rugby inclusivo”, concluye.

Puedes saber más de Antonia y los proyectos que apoya en su cuenta de Instagram @antolivingtouch